¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

domingo, 25 de octubre de 2015

¡ANIMO, LEVÁNTATE! CON LA INVITACIÓN DEL EVANGELIO EL PAPA CLAUSURA EL SÍNODO… Texto de la homilía del Santo Padre Francisco de la Santa Misa conclusiva del Sínodo de los Obispos

El Papa Francisco preside la celebración de la Santa Misa conclusiva del Sínodo de los Obispos sobre la familia - AFP
25/10/2015 10:26
ALEGRARNOS POR LA GRACIA DE UNA COSECHA QUE VA MÁS ALLÁ DE NUESTRAS FUERZAS Y CAPACIDADES

(RV).-  La mañana del 25 de octubre, XXX domingo del tiempo ordinario, el Santo Padre Francisco celebró la Santa Misa por la conclusión de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El Obispo de Roma empezó su homilía notando que las tres lecturas del día nos presentan la compasión de Dios, "su paternidad, que se revela definitivamente en Jesús". “Hay un detalle interesante. Jesús pide a sus discípulos ir a llamar a Bartimeo. Ellos se dirigen al ciego usando dos expresiones, que solamente Jesús utiliza en el resto del Evangelio. En primer lugar le dicen: ‘¡Animo!’, con una palabra que literalmente significa ‘¡ten confianza!’. En efecto, solamente el encuentro con Jesús da al hombre la fuerza para enfrentar las situaciones más graves. La segunda expresión es ‘¡Levántate!’, como Jesús había dicho a tantos enfermos, tomándoles de la mano y sanándolos”.

(RC-RV)
Texto y audio de la homilía del Santo Padre Francisco de la Santa Misa conclusiva del Sínodo de los Obispos

Las tres lecturas de este domingo nos presentan la compasión de Dios, su paternidad, que se revela definitivamente en Jesús.

El profeta Jeremías, en pleno desastre nacional, mientras el pueblo estaba deportado por los enemigos, anuncia que «el Señor ha salvado a su pueblo, ha salvado al resto de Israel» (31,7). Y ¿por qué lo hizo? Porque él es Padre (cf. v. 9); y como el Padre cuida de sus hijos, los acompaña en el camino, sostiene a los «ciegos y cojos, lo mismo preñadas que paridas» (31,8). Su paternidad les abre una vía accesible, una forma de consolación después de tantas lágrimas y tantas amarguras. Si el pueblo permanece fiel, si persevera en buscar a Dios incluso en una tierra extranjera, Dios cambiará su cautiverio en libertad, su soledad en comunión: lo que hoy siembra el pueblo con lágrimas, mañana lo cosechará con la alegría (cf. Sal 125,6 ).

Con el Salmo, también nosotros hemos expresado la alegría, que es fruto de la salvación del Señor: «La boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares» (v. 2). El creyente es una persona que ha experimentado la acción salvífica de Dios en la propia vida. Y nosotros, los pastores, hemos experimentado lo que significa sembrar con fatiga, a veces llorando, y alegrarnos por la gracia de una cosecha que siempre va más allá de nuestras fuerzas y de nuestras capacidades.

El pasaje de la Carta a los Hebreos nos ha presentado la compasión de Jesús. También él «está envuelto en debilidades» (5,2), para sentir compasión por quienes yacen en la ignorancia y en el error. Jesús es el Sumo Sacerdote grande, santo, inocente, pero al mismo tiempo es el Sumo Sacerdote que ha compartido nuestras debilidades y ha sido puesto a prueba en todo como nosotros, menos en el pecado (cf. 4,15). Por eso es el mediador de la nueva y definitiva alianza que nos da salvación.

El Evangelio de hoy nos remite directamente a la primera Lectura: así como el pueblo de Israel fue liberado gracias a la paternidad de Dios, también Bartimeo fue liberado gracias a la compasión de Jesús que acababa de salir de Jericó. A pesar de que apenas había emprendido el camino más importante, el que va hacia Jerusalén, se detiene para responder al grito de Bartimeo. Se deja interpelar por su petición, se deja implicar en su situación. No se contenta con darle limosna, sino que quiere encontrarlo personalmente. No le da indicaciones ni respuestas, pero hace una pregunta: «¿Qué quieres que haga por ti»? (Mc 10,51). Podría parecer una petición inútil: ¿Qué puede desear un ciego si no es la vista? Sin embargo, con esta pregunta, hecha «de tú a tú», directa pero respetuosa, Jesús muestra que desea escuchar nuestras necesidades. Quiere un coloquio con cada uno de nosotros sobre la vida, las situaciones reales, que no excluya nada ante Dios. Después de la curación, el Señor dice a aquel hombre: «Tu fe te ha salvado» (v. 52). Es hermoso ver cómo Cristo admira la fe de Bartimeo, confiando en él. Él cree en nosotros más de lo que nosotros creemos en nosotros mismos.

Hay un detalle interesante. Jesús pide a sus discípulos que vayan y llamen a Bartimeo. Ellos se dirigen al ciego con dos expresiones, que sólo Jesús utiliza en el resto del Evangelio. Primero le dicen: «¡Ánimo!», una palabra que literalmente significa «ten confianza, anímate». En efecto, sólo el encuentro con Jesús da al hombre la fuerza para afrontar las situaciones más graves. La segunda expresión es «¡levántate!», como Jesús había dicho a tantos enfermos, llevándolos de la mano y curándolos. Los suyos no hacen más que repetir las palabras de alentadoras y liberadoras de Jesús, guiando hacia él directamente, sin sermones. Los discípulos de Jesús están llamados a esto, también hoy, especialmente hoy: a poner al hombre en contacto con la misericordia compasiva que salva. Cuando el grito de la humanidad, como el de Bartimeo, se repite aún más fuerte, no hay otra respuesta que hacer nuestras las palabras de Jesús y sobre todo imitar su corazón. Las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia. Hoy es tiempo de misericordia.

Pero hay algunas tentaciones para los que siguen a Jesús. El Evangelio de hoy destaca al menos dos. Ninguno de los discípulos se para, como hace Jesús. Siguen caminando, pasan de largo como si nada hubiera sucedido. Si Bartimeo era ciego, ellos son sordos: aquel problema no es problema suyo. Este puede ser nuestro riesgo: ante continuos apuros, es mejor seguir adelante, sin preocuparse. De esta manera, estamos con Jesús como aquellos discípulos, pero no pensamos como Jesús. Se está en su grupo, pero se pierde la apertura del corazón, se pierde la maravilla, la gratitud y el entusiasmo, y se corre el peligro de convertirse en «habituales de la gracia». Podemos hablar de él y trabajar para él, pero vivir lejos de su corazón, que está orientado a quien está herido. Esta es la tentación: una «espiritualidad del espejismo». Podemos caminar a través de los desiertos de la humanidad sin ver lo que realmente hay, sino lo que a nosotros nos gustaría ver; somos capaces de construir visiones del mundo, pero no aceptamos lo que el Señor pone delante de nuestros ojos. Una fe que no sabe radicarse en la vida de la gente permanece árida y, en lugar oasis, crea otros desiertos.

Hay una segunda tentación, la de caer en una «fe de mapa». Podemos caminar con el pueblo de Dios, pero tenemos nuestra hoja de ruta, donde entra todo: sabemos dónde ir y cuánto tiempo se tarda; todos deben respetar nuestro ritmo y cualquier inconveniente nos molesta. Corremos el riesgo de hacernos como aquellos «muchos» del Evangelio, que pierden la paciencia y reprochan a Bartimeo. Poco antes habían reprendido a los niños (cf. 10,13), ahora al mendigo ciego: quien molesta o no tiene categoría, ha de ser excluido. Jesús, por el contrario, quiere incluir, especialmente a quienes están relegados al margen y le gritan. Estos, como Bartimeo, tienen fe, porque saberse necesitados de salvación es el mejor modo para encontrar a Jesús.

Y, al final, Bartimeo se puso a seguir a Jesús en el camino (cf. v. 52). No sólo recupera la vista, sino que se une a la comunidad de los que caminan con Jesús. Queridos hermanos sinodales, hemos caminado juntos. Les doy las gracias por el camino que hemos compartido con la mirada puesta en el Señor y en los hermanos, en busca de las sendas que el Evangelio indica a nuestro tiempo para anunciar el misterio de amor de la familia. Sigamos por el camino que el Señor desea. Pidámosle a él una mirada sana y salvada, que sabe difundir luz porque recuerda el esplendor que la ha iluminado. Sin dejarnos ofuscar nunca por el pesimismo y por el pecado, busquemos y veamos la gloria de Dios que resplandece en el hombre viviente.


miércoles, 21 de octubre de 2015

ES NECESARIO RESTITUIR HONOR SOCIAL A LA FIDELIDAD DEL AMOR QUE FUNDA LA FAMILIA, dijo el Papa en la catequesis … TEXTO COMPLETO TRADUCIDO DEL ITALIANO

El Papa Francisco con los fieles y peregrinos que asistieron a la tercera audiencia general de octubre en la Plaza de San Pedro - REUTERS
21/10/2015 10:39

(RV).- Al celebrar la audiencia general del tercer miércoles de octubre en la Plaza de San Pedro y ante miles de fieles y peregrinos de numerosos países,  el Papa Francisco prosiguió su catequesis semanal sobre la familia, centrándose, en esta ocasión, en la fidelidad del amor.

Tras haber meditado en su catequesis anterior acerca de las importantes promesas que los padres hacen a los niños, el Santo Padre, hablando en italiano, explicó que la entera realidad familiar se funda sobre la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer se hacen recíprocamente.

LA PROMESA CONYUGAL SE ENSANCHA PARA COMPARTIR ALEGRÍAS Y SUFRIMIENTOS CON GENEROSA APERTURA 
TEXTO Y AUDIO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA TRADUCIDO DEL ITALIANO:
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
En la meditación pasada hemos reflexionado sobre las importantes promesas que los padres hacen a los niños, desde que ellos son pensados en el amor y concebidos en el vientre.

Podemos agregar que, mirando bien, la entera realidad familiar está fundada sobre la promesa -pensemos bien esto-, la realidad familiar está fundada sobre la promesa: se puede decir que la familia vive de la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer hacen el uno a la otra. Esta implica el compromiso de recibir y educar a los hijos; pero actúa también en el cuidado de los padres ancianos, en el proteger y cuidar los miembros más débiles de la familia, en el ayudarse el uno al otro para realizar las propias cualidades y aceptar los propios límites. Y la promesa conyugal se amplía al compartir las alegrías y los sufrimientos de todos los padres, las madres, los niños, con generosa apertura en la humana convivencia y el bien común. Una familia que se encierra en sí misma es como una contradicción, una mortificación de la promesa que la ha hecho nacer y la hace vivir. No olviden nunca. ¡La identidad de la familia siempre es una promesa que se alarga y se alarga a toda la familia y a toda la humanidad!

En nuestros días, el honor a la fidelidad de la promesa de la vida familiar aparece muy debilitada. Por una parte, por un derecho mal entendido de buscar la propia satisfacción, a toda costa y en cualquiera relación, es exaltado como un principio no negociable de la libertad. Por otra parte, porque se confían exclusivamente a la obligación de la ley los vínculos de la vida de relación y del compromiso por el bien común. Pero, en realidad, ninguno quiere ser amado solo por sus propios bienes o por obligación. El amor, como también la amistad, deben su fuerza y su belleza a este hecho: que generan un vínculo sin quitar la libertad. El amor es libre, la promesa de la familia es libre, y esta es la belleza. Sin libertad no puede haber amistad, sin libertad no hay amor, sin libertad no hay matrimonio.

Por lo tanto, libertad y fidelidad no se oponen la una a la otra, más bien se sostienen mutuamente, sea en las relaciones interpersonales, sea en las sociales. De hecho, pensamos a los daños que producen, en la civilización de la comunicación global, la inflación de promesas incumplidas, en varios campos, ¡y la indulgencia por la infidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos!

Si, queridos hermanos y hermanas, la fidelidad es una promesa de compromiso autocumplida, creciendo en la libre obediencia a la palabra dada. La fidelidad es una confianza que “quiere” ser realmente compartida, y una esperanza que “quiere” ser cultivada juntos. Y hablando de fidelidad me viene a la mente aquello que nuestros ancianos, nuestros abuelos cuentan “ay aquellos tiempos, cuando se hacía un acuerdo, un apretón de mano, era suficiente", porque había fidelidad a las promesas. Y esto que es un hecho social también tiene el origen en la familia, en el apretón de manos del hombre y de la mujer para ir hacia adelante juntos toda la vida.

La fidelidad a las promesas son ¡una verdadera obra de arte de humanidad! Si miramos a su audaz belleza, estamos asustados, pero si despreciamos su valiente tenacidad, estamos perdidos. Ninguna relación de amor -ninguna amistad, ninguna forma de querer bien, ninguna felicidad del bien común- alcanza la altura de nuestro deseo y de nuestra esperanza, si no llega a habitar este milagro del alma. Y digo “milagro”, porque la fuerza y la persuasión de la fidelidad, a pesar de todo, no terminan de encantar y de sorprendernos. El honor a la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. No se pueden obligar con la fuerza, y ni siquiera cuidar sin sacrificio.

Ninguna otra escuela puede enseñar la verdad del amor, si la familia no lo hace. Ninguna ley puede imponer la belleza y la herencia de este tesoro de la dignidad humana, si el vínculo personal entre amor y generación no la escribe la verdad del amor en nuestra carne.

Hermanos y hermanas, es necesario restituir honor social a la fidelidad del amor, ¡restituir honor social a la fidelidad del amor!. Es necesario sustraer de la clandestinidad el milagro cotidiano de millones de hombres y mujeres que regeneran su fundamento familiar, del cual cada sociedad vive, sin estar en grado de garantizarlo en ningún otro modo. No por casualidad, este principio de la fidelidad a la promesa del amor y de la generación está escrito en la creación de Dios como una bendición perene, a la cual está confiado el mundo.

Si san Pablo puede afirmar que en el vínculo familiar está misteriosamente revelada una verdad decisiva también para el vínculo del Señor y de la Iglesia, quiere decir que la Iglesia misma encuentra aquí una bendición para cuidar y de la cual siempre aprender, antes de enseñarla y disciplinarla. Nuestra fidelidad a la promesa está aún siempre confiada a la gracia y a la misericordia de Dios. El amor por la familia humana, en las buenas y en las malas, ¡es un punto de honor para la Iglesia! Dios nos conceda estar a la altura de esta promesa. Y rezamos por los padres del Sínodo: el Señor bendiga su trabajo, realizado con fidelidad creativa, en la confianza que Él en primer lugar, el Señor, -Él en primer lugar-, es fiel a sus promesas. Gracias.

(Traducción por Mercedes De La Torre – Radio Vaticano).

jueves, 15 de octubre de 2015

LOS PADRES SON INSTRUMENTOS DEL AMOR DE DIOS, DIJO EL PAPA. SÍNTESIS DE LA CATEQUESIS

En la audiencia general el Papa saludó a los mineros chilenos que estuvieron atrapados durante 70 días - ANSA
14/10/2015 12:28
(RV).- En la Audiencia General del miércoles 14 de octubre de 2015 en el marco del sínodo sobre la familia el Papa Francisco continuó con sus reflexiones sobre la familia y a partir del pasaje bíblico de Mateo en el que Jesús dice “ay de quien escandalice a los pequeños”, habló de las promesas que hacemos a los niños: promesas importantes que son decisivas para sus expectativas ante la vida, dijo, para su confianza en los seres humanos, para su capacidad de concebir el nombre de Dios como una bendición.

“Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionaremos sobre el tema de las promesas que hacemos a los niños. No me refiero a esas pequeñas promesas que hacemos habitualmente para que se porten bien o se esfuercen en el colegio, más bien a la promesa contenida en el hecho de traerles a la vida. Esta promesa de acogida, cuidado, cercanía y atención concreta, se puede resumir en una palabra: Amor. A los niños prometemos Amor”.

El amor es la promesa que cada hombre y mujer hace a cada hijo, dijo Francisco, pero, ¿cuán leales somos con las promesas que hacemos a los niños haciéndolos venir en nuestro mundo? Señalando que los adultos hablamos de los niños como una promesa de la vida y que nos conmovemos diciendo a los jóvenes que son nuestro futuro, el pontífice se preguntó si somos así de serios respecto a su futuro, y con las palabras de Jesús, recordó que Dios Padre vigila sobre nuestras promesas: 

“Una promesa de amor, en definitiva, que hemos aprendido de nuestros padres antes incluso de ser conscientes y que, con una actitud inerme y confiada, todo niño espera que le sea correspondida íntegramente.
Si esto no sucede, se les hiere profundamente. Por eso, Jesús en el Evangelio nos alerta de que Dios y sus ángeles velan sobre esta responsabilidad”.
La espontánea confianza de los niños en Dios jamás debería ser herida, recalcó el Santo Padre, y recordó que los padres son instrumentos del amor de Dios:
¡Ustedes, papás y mamás, tienen esta chispa de Dios que dan a los niños, ustedes son instrumento del amor de Dios, y esto es bello, bello, bello!”

“El niño recibe de su familia con su nombre y con las primeras palabras y sonrisas, y caricias, la belleza de estar con los demás, aprendiendo a ser libre y aceptar a los otros.
En el bautismo, la Iglesia a través de los padres y la comunidad se une a estas promesas. Desde el momento que el niño es capaz de sentirse amado por sí mismo, siente que hay un Dios que lo ama. Su espontánea confianza en Dios nunca debe ser vulnerada, sobre todo con nuestra presunción de sustituir al Señor”.

Porque el punto de vista de los niños es el punto de vista del Hijo de Dios, concluyó el Papa, “sólo si miramos a los niños con los ojos de Jesús podemos verdaderamente comprender en qué sentido, defendiendo a la familia, protegemos a la humanidad”.
“Que la santa Madre de Jesús haga que la Iglesia sea capaz de seguir la vía de su maternidad y de su fe”.

En sus palabras dirigidas a los peregrinos de lengua española, el Papa saludó de modo especial a los 33 mineros chilenos que estuvieron atrapados en las entrañas de la tierra durante 70 días, “creo que cualquiera de ustedes sería capaz de venir acá y decirnos que significa la esperanza”, les dijo. “Gracias por tener esperanza en Dios. Que la Virgen María y san José, que tuvieron bajo su custodia al Hijo de Dios, nos enseñen a acoger a Jesús en cada niño. Muchas gracias”.

(GM - RV)

RECIBIR COMUNIÓN EN LA MANO DEBILITA DEVOCIÓN FRENTE AL SANTÍSIMO, DICE AUTORIDAD VATICANA

ROMA, 03 Feb. 08 / 07:32 pm (ACI).-

El Arzobispo Albert Malcolm Ranjith, Secretario de LA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS, subrayó que al recibir la Comunión en la mano se produce "un creciente debilitamiento de una conducta devota frente al Santísimo".

En su opinión la Iglesia debería reconsiderar el permiso para recibirla de esta forma.
Según el sitio web Kath.net el Prelado hizo pública esta propuesta, en el prólogo del libro "Dominus Est: Pensamientos de un Obispo de Asia Central sobre la Sagrada Eucaristía" escrito por el Obispo Auxiliar de Karaganda, Mons. Athanasius Schneider, y editado por la librería del Vaticano en enero de este año.

Mons. Ranjith recalcó que la SAGRADA EUCARISTÍA debe ser recibida "con reverencia y actitud de devota adoración".

Resaltó que la práctica de recibir la comunión en la mano fue "introducida de manera abusiva y precipitada en algunos ámbitos" y posteriormente reconocida por el Vaticano.
Además recordó que en Concilio Vaticano II nunca se legitimó esta práctica.


Aquí no se trata de argumentos capciosos, recalcó Mons. Ranjith, "creo que ha llegado la hora de evaluar esta práctica y reconsiderarla y, cuando sea necesario, dejarla", acotó.

sábado, 10 de octubre de 2015

OCTUBRE MES DE LAS MISIONES, COMO SE REZA EL ROSARIO MISIONERO, Los JUEVES, contemplamos los MISTERIOS LUMINOSOS:

CÓMO SE REZA EL ROSARIO MISIONERO

1.- Se comienza con la Señal de la Cruz.
2.- Se reza el Pésame o alguna otra oración de Perdón.
3.- Dependiendo del día de la semana, se rezarán los misterios que corresponda:

Los  JUEVES, contemplamos los MISTERIOS LUMINOSOS:

PRIMER MISTERIO

En el primer Misterio Luminoso contemplamos 
El Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo en el río Jordán ( Mt 3, 17)
 
Ofrecemos este misterio por el CONTINENTE AFRICANO

Pidamos por el pueblo africano, para que al igual que en el Jordán, escuche la voz de Dios que también a Él les dice, en medio del sufrimiento provocado por el hambre,
las continuas gerras y las desigualdades raciales, "Este es mi hijo muy amado",  y para que surjan grandes evangelizadores entre los mismos africanos.

Se reza 1 Padrenuestro
Se rezan 10 Avemarías
Se reza 1 Gloria
Añadimos la siguiente jaculatoria: ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por nosotros!
 SEGUNDO MISTERIO
 
En el segundo Misterio Luminoso contemplamos
La Aautorrevelación de Nuestro Señor Jesucristo  en las bodas de Caná; ( Jn 2, 1-12 )
 
Ofrecemos este misterio por el CONTINENTE AMERICANO
 
Pedimos por nuestro pueblo Americano, para que Jesús se nos siga manifestando
como lo hizo en las bodas de Caná, y  para que nosotros sepamos obedecer
el consejo de María que nos dice: "Hagan lo que El les diga".

* Se reza 1 Padrenuestro
* Se rezan 10 Avemarías
* Se reza 1 Gloria  

Añadimos la siguiente jaculatoria: ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por nosotros!
 TERCER MISTERIO

En el tercer Misterio Luminoso contemplamos El Anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión ( Mc 1, 15 )
 Ofrecemos este misterio por el CONTINENTE EUROPEO
  
En este misterio pidamos a Dios que suscite en la Iglesia europea valientes misioneros que prediquen y anuncien el Reino de Dios, invitando a la conversión, como lo hizo Jesucristo

Se reza 1 Padrenuestro
Se rezan 10 Avemarías
Se reza 1 Gloria
 
Añadimos la siguiente jaculatoria: ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por nosotros!
CUARTO MISTERIO

En el cuarto Misterio Luminoso contemplamos  
   La  Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor (Lc 9, 35 )
 Ofrecemos este misterio por el CONTINENTE OCEÁNICO

Pidamos en este misterio para que a todos los hombres de Oceanía
se manifieste la Gloria de Nuestro Señor Jesucristo para que  lleguen a contemplar su Rostro y  a encontrarse personalmente con El y a exclamar como Pedro:
¡Señor, qué bien estamos aquí!

Se reza 1 Padrenuestro
 Se rezan 10 Avemarías 
Añadimos la siguiente jaculatoria: ¡Santa María Reina de las Misiones;  ruega al Señor Jesús por nosotros!
 QUINTO MISTERIO

En el quinto Misterio Luminoso contemplamos
   La institución de la Eucaristía, expresión sacramental  del Misterio Pascual.( Jn13, 1 )
 
 Ofrecemos este misterio por el CONTINENTE ASIÁTICO

Pidamos en este misterio a Nuestro Señor Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual, que también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y niños que padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más poblado del mundo
Se reza 1 Padrenuestro
Se rezan 10 Avemarías
Se reza 1 Gloria
Añadimos la siguiente jaculatoria a cada misterio: ¡Santa María Reina de  las Misiones; ruega al Señor Jesús por nosotros!

 4.- Se reza 1 Padrenuestro y 3  Avemarías por el propio país, para que Dios suscite espíritus generosos y entregados a la evangelización y por todos los que aún no conocen a Cristo, para que pronto lleguen a encontrarse con El.

Las tres últimas Ave Marías:

1.- Dios te salve María, hija de Dios Padre; en Tus Manos ponemos nuestra Fe para que la ilumines; llena eres de gracia.

2.- Dios te salve María, Madre de Dios Hijo; en Tus Manos ponemos nuestra Esperanza para que la alientes; llena eres de gracia.

3.- Dios te salve María, esposa de Dios Espíritu Santo; en Tus Manos, ponemos nuestra Caridad, para que la inflames; llena eres de gracia Dios 
te salve María; templo y Sagrario de la Santísima Trinidad; Virgen concebida sin pecado original. Dios te salve reina y 
Madre de Misericordia.

5.- Puede rezarse la siguiente Oración

"Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo  persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora los corazones  de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con  urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas  las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor.  Amén."
 
6.- Se reza una Salve a la Virgen María
7.- Se finaliza con la Señal de la Cruz

"Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos 
de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
María, Reina de las Misiones… Ruega por nosotros"
 
Al terminar el Rosario Misionero, se ha rodeado el mundo entero, abrazando a todos los continentes y a todos los hombres en una gran oración universal.


domingo, 4 de octubre de 2015

NO SEAMOS SOCIEDAD-FORTALEZA, SINO SOCIEDAD-FAMILIA CAPACES DE ACOGER, EL PAPA EN EL ÁNGELUS… TEXTO COMPLETO DE LA REFLEXIÓN DEL PAPA

El Papa Francisco saluda a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro a la hora del Ángelus dominical. - OSS_ROM
04/10/2015 11:54
(RV).- A la hora del Ángelus dominical del primer domingo de octubre, el Papa Francisco recordó la celebración eucarística apenas celebrada en la Basílica de san Pedro, con la que se dio inicio a la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. “Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, sobre la base de su enseñanza de verdad y de misericordia, los caminos más oportunos para un compromiso adecuado de la Iglesia con lasfamilias y para las familias”, recalcó el Obispo de Roma hablando de la tarea que les espera los padres sinodales.

TEXTO COMPLETO DE LA REFLEXIÓN DEL PAPA A LA HORA DEL ÁNGELUS
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Se ha concluido hace poco, en la Basílica de San Pedro, la celebración eucarística con la cual hemos dado comienzo la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Los Padres Sinodales, provenientes de todas partes del mundo y reunidos en torno al Sucesor de Pedro, reflexionarán por tres semanas sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en la sociedad, para un atento discernimiento espiritual y pastoral. Tendremos la mirada fija en Jesús para individuar, sobre la base de su enseñanza de verdad y de misericordia, los caminos más oportunos para un compromiso adecuado de la Iglesia con las familias y para las familias, para que el designio originario del Creador sobre el hombre y la mujer pueda llevarse a cabo y obrar en toda su belleza y su fuerza en el mundo de hoy.
La liturgia de este domingo vuelve a proponer precisamente el texto fundamental del Libro del Génesis sobre la complementariedad y reciprocidad entre hombre y mujer (crf. Gen 2,18-24). Por esto – dice la Biblia – el hombre deja su padre y su madre y se une a su mujer y los dos se transforman en una sola carne, es decir, una sola vida, una sola existencia (cfr. v 24). En tal unidad los cónyuges transmiten la vida a los nuevos seres humanos: se transforman en padres. Participan de la potencia creadora de Dios mismo. Pero ¡atención! Dios es amor que viene donado a los esposos en el Sacramento del matrimonio. Es el amor que alimenta su relación, a través de alegrías y dolores, momentos serenos y difíciles. Es el amor que suscita el deseo de generar hijos, de esperarlos, acogerlos, criarlos, educarlos . Es el mismo amor que, en el Evangelio de hoy, Jesús manifiesta a los niños: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino del Cielo pertenece a los que son como ellos” (Mc 10,14).
Hoy pidamos al Señor que todos los padres y los educadores del mundo, como así también la entera sociedad, se vuelvan instrumentos de aquella acogida y de aquel amor con el cual Jesús abraza a los más pequeños. Él mira en sus corazones con la ternura y la diligencia de un padre y al mismo tiempo, de una madre. Pienso – ahora pienso – en tantos niños hambrientos, abandonados, explotados, obligados a la guerra, rechazados. Es doloroso ver las imágenes de niños infelices, con la mirada perdida, que escapan de pobreza y conflictos, golpean a nuestras puertas y a nuestros corazones implorando ayuda. El señor nos ayude a no ser sociedad-fortaleza, sino sociedad-familia, capaces de acoger, con reglas adecuadas, pero acoger, acoger siempre, con amor.
Los invito a sostener con la oración los trabajos del Sínodo, para que el Espíritu Santo vuelva a los padres sinodales plenamente dóciles a sus inspiraciones. Invoquemos la materna intercesión de la Virgen María, uniéndonos espiritualmente a cuantos, en este momento, en el Santuario de Pompeya recitan la “Súplica a la Virgen del Rosario”.
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV