¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

sábado, 31 de enero de 2015

VATICANO PRESENTA EDICIÓN EN FARSI DEL CATECISMO

2015-01-31
Doce años y hasta mil expertos fueron necesarios para traducir el Catecismo de la Iglesia Católica al farsi. Todo para acercar su mensaje a las 100 millones de personas que hablan esta lengua en Oriente Medio.

MOHAMMED TAHER RABBANI 
Embajador de Irán ante la Santa Sede 
"Seguramente esta obra, que ha sido un gran trabajo de la Universidad de las religiones y confesiones de Irán, promoverá el diálogo, sobre todo entre religiones monoteístas”.

El cardenal Jean-Louis Tauran, encargado del Vaticano para el Diálogo interreligioso, presentó este volumen. Espera que la publicación del Catecismo en farsi mejore la relación entre religiones. 

CARD. JEAN-LOUIS TAURAN 
Presidente, Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso
"Los no creyentes pueden abrir el libro y ver en qué consiste la fe cristiana. Pienso que será un instrumento muy potente”.


Este Catecismo permitirá que muchos conozcan directamente la doctrina católica. Y es que el farsi, además de en Irán, también se habla en otras regiones de Oriente Medio como Afganistán o Uzbekistán.

HOLA JESÚS, LA NUEVA APP QUE PROPONE REZAR CON LOS NIÑOS DE UNA FORMA DIFERENTE

2015-01-31
Canciones y vídeos infantiles con vidas de santos. Galerías con dibujos o parábolas cantadas. "Hola Jesús” es la nueva aplicación que enseña a rezar a niños de 3 a 8 años.

Su autor es el sacerdote, Jose Pedro Manglano, autor de decenas de libros.

JOSE PEDRO MANGLANO
App "Hola Jesús”
"No es cuestión de entrar con la cabeza, entendiendo, con unos raciocinios, con un conocimiento de la historia, cuanto más haya de eso mejor. Pero la clave está en entrar con la afectividad”.

Por ejemplo, en el apartado "La oración de los niños” se centra en las cosas que más cuestan a los más pequeños como tener paciencia con los demás, soportar el aburrimiento o el cansancio.

El autor pidió al Papa que bendijera la aplicación. Es gratuita, y está disponible paraiOS y Android


CONSEJOS DE SAN JUAN BOSCO PARA LOS PADRES A LA HORA DE CORREGIR A SUS HIJOS

 De las cartas de san Juan Bosco (Epistolario, Turín 1959, 4 201-203):

"Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.

Este era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.

Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.

Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.

En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables".

jueves, 29 de enero de 2015

Miles de personas escapan de Nigeria perseguidos por Boko Haram

2015-01-28
Estos hombres no están pescando. Están huyendo de sus casas por culpa de la persecución de Boko Haram en Nigeria.

El grupo extremista islámico ha forzado a miles de personas a escapar a países vecinos como Chad, Camerún y Níger.

HUSSENNA MAHAMD
Refugiada nigeriana
"Logramos escapar y corrimos hacia el lago. Encontramos una barca y comenzamos a remar. Los hombres de Boko Haram se subieron a otra y nos siguieron. Estuvieron disparando todo el tiempo”.

Quienes más sufren las consecuencias del violento conflicto entre Boko Haram y el ejército nigeriano son las mujeres y los niños.

La inestabilidad en Nigeria ha provocado el éxodo de un millón de personas. Según UNICEF, cerca de 10.000 han llegado en lo que va de enero a Chad. Viven en estos campos de refugiados. A los que tuvieron la suerte de sobrevivir, ahora les toca el reto de afrontar otras dificultades como la de vivir separados de sus familias y sin saber si están vivos.

HUSSENNA MAHAMD
Refugiada nigeriana
"Uno de mis hijos se quedó atrás con mi marido. No vinimos juntos. Estamos aquí con otros de la aldea con quienes escapamos. Estoy muy preocupada y tengo el corazón roto. No sé en qué situación está, si está atrapado o si ha logrado escapar”.


Los refugiados viven en estas tiendas levantadas por grupos de ayuda humanitaria como UNICEF mientras esperan la oportunidad de recuperar sus vidas.

FRANCISCO: LOS PADRES ANTES ERAN AUTORITARIOS, AHORA AUSENTES. HEMOS PASADO DE UN EXTREMO A OTRO; TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA LA FAMILIA: EL PADRE

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El Papa Francisco durante la última audiencia general de enero en el Aula Pablo VI del Vaticano - AFP
28/01/2015 10:05
 (RV).- En su catequesis de la  audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco prosiguió sus reflexiones sobre lafamilia, deteniéndose, el último miércoles de enero, en la palabra padre, “palabra universal” – dijo – conocida por todos, que indica una relación fundamental cuya realidad es tan antigua como la historia del hombre.
El Obispo de Roma recordó que se trata de la palabra con la que Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios, dándole un nuevo y profundo sentido, revelándonos así, el misterio de la intimidad de Dios.  
También destacó que en nuestros días se ha llegado a hablar de una “sociedad sin padres”. Y explicó que con la ausencia de esta figura se pretende pensar en una especie de liberación, sobre todo cuando se percibe al padre como la autoridad cruel que coarta la libertad de sus hijos.
El Pontífice destacó que tanto las comunidades cristianas como las civiles deben estar atentas a esta situación creada “de orfandad”, en los niños y jóvenes de hoy, que viven desorientados sin el buen ejemplo o la guía prudente de un padre; porque esta “ausencia” deja lagunas y heridas en la educación de los jóvenes, que carecen de guías y corren el riesgo de caer en los ídolos que les roben el corazón, la ilusión y las auténticas riquezas.
Al saludar a los fieles y peregrinos procedentes de América Latina y de España, el Papa Bergoglio invitó a no olvidar que Jesús nos prometió no dejarnos huérfanos, por lo que debemos vivir con la esperanza puesta en Él, sabiendo que el amor puede vencer al odio y que es posible un futuro defraternidad y de paz para todos.
(María Fernanda Bernasconi - RV).

TEXTO COMPLETO DE LA CATEQUESIS DEL PAPA

LA FAMILIA: EL PADRE
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Retomemos el camino de catequesis sobre la familia.
Hoy nos dejamos guiar por la palabra “padre”. Una palabra más querida que cualquier otra por nosotros cristianos, porque es el nombre con el cual Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios: Padre. El sentido de este nombre ha recibido una nueva profundidad precisamente a partir del modo en el cual Jesús lo usaba para dirigirse a Dios y manifestar su especial relación con Él. El misterio bendito de la intimidad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu, rebelado por Jesús, es el corazón de nuestra fe cristiana.

“Padre” es una palabra conocida a todos, una palabra universal. Ella indica una relación fundamental cuya realidad es antigua cuánto la historia del hombre. No obstante, hoy se ha llegado a afirmar que nuestra sociedad sería una “sociedad sin padres”. En otros términos, in particular en la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desvanecida, removida.
En un primer momento, la cosa fue percibida como una liberación: liberación del padre-padrón, del padre como representante de la ley que se impone desde el exterior, del padre como censor de la felicidad de los hijos y obstáculo a la emancipación y a la autonomía de los jóvenes.
En efecto, en el pasado algunas veces en nuestras casas reinaba el autoritarismo, en ciertos casos incluso el atropello: padres que trataban a los hijos como siervos, no respetando las exigencias personales de su crecimiento; padres que no los ayudaban a emprender su camino con libertad – pero no es fácil educar a un hijo en libertad – padres que no los ayudaban a asumir las propias responsabilidades para construir su futuro y aquel de la sociedad. Esto ciertamente es una actitud no buena.

Pero como frecuentemente sucede, se pasa de un extremo al otro. El problema de nuestros días no parece ser más tanto la presencia invasiva de nuestros padres, sino más bien su ausencia, su contumacia. Los padres están a veces tan concentrados en sí mismos y en su propio trabajo y a veces sobre su propia realización individual, al punto de olvidar también la familia. Y dejan solos a los niños y a los jóvenes. Ya como obispo de Buenos Aires advertía el sentido de orfandad de viven hoy los chicos. Y a menudo les preguntaba a los papás si jugaban con sus hijos, si tenían el coraje y el amor de perder tiempo con los hijos. Y la respuesta era fea. En la mayoría de los casos era: “no puedo porque tengo tanto trabajo”. El padre estaba ausente con ese hijo que crecía y no jugaba con él, no perdía tiempo con él.  
Ahora, en este camino común de reflexión sobre la familia, quisiera decir a todas las comunidades cristianas que debemos estar  más atentos: la ausencia de la figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser también muy graves.  Y en efecto, las desviaciones de los niños y de los adolescentes en buena parte se pueden atribuir a esta falta, a la carencia de ejemplos y de guías competentes en su vida de todos los días, a la carencia de cercanía, a la carencia de amor de parte de los padresEl sentido de orfandad que viven tantos jóvenes es más profundo de lo que pensamos.

Son huérfanos pero ‘en familia’, porque los padres a menudo están ausentes, incluso físicamente, de casa, pero sobre todo porque, cuando están, no se comportan como padres, no dialogan con sus hijos, no cumplen con su tarea educativa, no dan a los niños con su ejemplo acompañado de las palabras, aquellos principios, aquellos valores, esas reglas de vida, de las que necesitan como el pan. La calidad educativa de la presencia paterna es mucho más necesaria cuanto más el papá se ve obligado por trabajo a estar lejos de casa. A veces pareciera que los papás no supieran bien qué lugar ocupar en la familia y cómo educar a los hijos. Y entonces, ante la duda, se abstienen, se retiran y descuidan sus responsabilidades, tal vez, refugiándose en una relación improbable “a la par” con los hijos. Es verdad que debes ser compañero de tu hijo, pero sin olvidar que tú eres el padre ¿eh? Si solamente te comportas como un compañero ‘a la par’ de tu hijo, esto no le hará bien al muchacho.
Pero esto también lo vemos en la comunidad civil. La comunidad civil con sus instituciones, tiene una cierta responsabilidad, podemos decir, paterna hacia los jóvenes. Una responsabilidad que a veces descuida o ejerce mal. También ella a menudo los deja huérfanos y no les propone una verdad de perspectiva. Los jóvenes quedan, así, huérfanos de caminos seguros a recorrer, huérfanos de maestros en los cuales confiarse, huérfanos de ideales que inflamen el corazón, huérfanos de valores y esperanzas que los sostengan cotidianamente. Son llenados, tal vez, de ídolos, pero se les roba el corazón; son empujados a soñar diversiones y placeres, pero no se les da trabajo; son ilusionados con el dios dinero, y se les niegan las verdaderas riquezas.
Entonces hará bien a todos, a los padres y a los hijos, volver a escuchar la promesa que Jesús hizo a sus discípulos: “No los dejo huérfanos” (Jn 14:18). Es Él, de hecho, el camino a recorrer, el Maestro al que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, que el amor vence al odio, que puede haber un futuro de fraternidad y de paz para todos.
Alguno de ustedes podría decirme: “padre, usted hoy ha sido demasiado negativo; ha hablado sólo de la ausencia de los padres, y de lo que sucede cuando los padres no están cerca de los hijos”. Es verdad, he querido subrayar esto porque el próximo miércoles seguiré con esta catequesis, poniendo a la luz la belleza de la paternidad. Por esto he elegido comenzar de la oscuridad para llegar a la luz.  Que el Señor nos ayude a comprender bien estas cosas. Gracias.

(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual, Griselda Mutual - RV)

miércoles, 28 de enero de 2015

PIDAMOS A CRISTO UN CORAZÓN MISERICORDIOSO COMO EL SUYO. MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA 2015, TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO «FORTALEZCAN SUS CORAZONES» (ST 5,8)

«Fortalezcan sus corazones» Mensaje del Papa para la Cuaresma 2015 - RV
27/01/2015 12:29
 (RV).- Poniendo en guardia contra «la dimensión mundial» de la «globalización de la indiferencia», «malestar que tenemos que afrontar como cristianos», el Papa empieza su Mensaje para la Cuaresma 2015 - titulado «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8) – recordando que el camino  cuaresmal «es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2).

En su Mensaje - fechado en el Vaticano, el 4 de octubre de 2014 Fiesta de san Francisco de Asís -  el Obispo de Roma, desea que se celebre en toda la Iglesia el próximo 13 de marzo, que coincide con el segundo aniversario de su elección pontificia, la iniciativa «24 horas con el Señor», cuyo lema este año es «Dios rico en misericordia». Y reitera que «Dios no nos pide nada que no nos haya dado  antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó  primero»  (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede».
TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2015 « FORTALEZCAN SUS CORAZONES » (ST 5,8)

«Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un « tiempo de gracia » (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado  antes: « Nosotros amemos a Dios porque él nos amó  primero »  (1 Jn4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen … Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.

Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme  en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.  La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es  una tentación real también para los cristianos. Por  eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de  los profetas que levantan su voz y nos despiertan. Dios no es indiferente al mundo, sino que lo  ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación  de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios,  se  abre  definitivamente  la  puerta  entre  Dios  y  el  hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es  como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de  los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa  por la caridad (cfr. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo  tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a  través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo  en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe  sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida. El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad  de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.

1.  « Si un miembro sufre, todos sufren con él »  (1 Co12,26)– La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón  mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece  la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su  testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar  lo que antes se ha experimentado. El cristiano es  aquel que permite que Dios lo revista de su bondad  y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar  a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres.  Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el  rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que  Jesús le lavase los pies, pero después entendió que  Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio  sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar  los pies por Cristo. Sólo éstos tienen « parte » con  Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre. La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él.  Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios  y cuando recibimos los sacramentos, en particular  la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar  para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de  Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es  indiferente hacia los demás. « Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado,  todos se alegran con él » (1 Co12,26).  La Iglesia es communio sanctorumporque en  ella participan los santos, pero a su vez porque es  comunión de cosas santas: el amor de Dios que se  nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos  está también la respuesta de cuantos se dejan tocar  por ese amor. En esta comunión de los santos y en  esta participación en las cosas santas, nadie posee  sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para  todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos,  por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo  con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos  rezamos a Dios para que todos nos abramos a su  obra de salvación.

2. « ¿Dónde está tu hermano? » (Gn 4,9) – Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal  es necesario traducirlo en la vida de las parroquias  y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se  tiene la experiencia de que formamos parte de un  solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte  lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada?  (cfr. Lc16,19-31).
Para  recibir  y  hacer  fructificar  plenamente  lo  que Dios nos da es preciso superar los confines de  la Iglesia visible en dos direcciones. En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se  instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que  encontraron su plenitud en Dios, formamos parte  de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque  ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y  goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección  de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia,  la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos  caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la  victoria del amor crucificado no es plena mientras  haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima:  « Cuento mucho con no permanecer inactiva en el  cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia  y para las almas » (Carta254, 14 julio 1897).
También nosotros participamos de los méritos y  de la alegría de los santos, así como ellos participan  de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado  es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón. Por otra parte, toda comunidad cristiana está  llamada a cruzar el umbral que la pone en relación  con la sociedad que la rodea, con los pobres y los  alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no  debe quedarse replegada en sí misma, sino que es  enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel  que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al  Padre. La misión es lo que el amor no puede callar.  La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la  lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra  (cfr. Hch1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo  murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y  para toda la humanidad. Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo  que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia,  en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.

3. « Fortalezcan sus  corazones »  (St 5,8)– La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación  de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e  imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento  humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra  incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer  para no dejarnos absorber por esta espiral de horror  y de impotencia?  En primer lugar, podemos orar en la comunión  de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la  fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre  en toda la Iglesia —también a nivel diocesano— en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta  necesidad de la oración. En segundo lugar, podemos ayudar con gestos  de caridad, llegando tanto a las personas cercanas  como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es  un tiempo propicio para mostrar interés por el otro,  con un signo concreto, aunque sea pequeño, de  nuestra participación en la misma humanidad. Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi  vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos.  Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva  el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación  diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31). Tener un  corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita  un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero  abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar  por el Espíritu y guiar por los caminos del amor  que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias  pobrezas y lo da todo por el otro.

Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo  orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: « Fac  cor nostrum secundum Cor tuum »:  « Haz nuestro  corazón semejante al tuyo » (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo  tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí  mismo y no caiga en el vértigo de la globalización  de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que  todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido  que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la  Virgen los guarde».

Vaticano, 4 de octubre de 2014 Fiesta de san Francisco de Asís

REZAR PARA IR ADELANTE CON LA VOLUNTAD DE DIOS, PIDIÓ EL PAPA EN SU HOMILÍA

El Papa Francisco celebra la misa en la Capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM
27/01/2015 12:25
(RV).-  Es necesario orar a Dios y pedirle cada día la gracia de comprender su voluntad, la gracia de seguirla y la gracia de realizarla totalmente. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Existía en un tiempo la ley hecha de prescripciones y prohibiciones, de sangre de toros y chivos, “sacrificios antiguos” que no tenían ni la “fuerza” de “perdonar los pecados”, ni de hacer “justicia”. Después vino al mundo Cristo y al ser crucificado, el acto “que de una vez para siempre nos ha justificado”, Jesús ha demostrado cuál era el “sacrificio” más agradable a Dios: no el holocausto de un animal, sino el ofrecimiento de la propia voluntad para hacer la voluntad del Padre.

VOLUNTAD DE DIOS, CAMINO DE SANTIDAD
Las lecturas y el Salmo del día orientaron la reflexión del Papa sobre uno de los ejes de la fe: la “obediencia a la voluntad de Dios”.
Éste – afirmó Francisco –, “es el camino de la santidad, del cristiano”, es decir, que “el plan de Dios sea realizado”, que “la salvación de Dios se cumpla”:
Lo contrario comenzó en el Paraíso, con la no obediencia de Adán y aquella desobediencia ha traído el mal a toda la humanidad. Y también los pecados son actos de no obedecer a Dios, de no hacer la voluntad de Dios. En cambio, el Señor nos enseña que éste es el camino, y que no hay ningún otro. Y comienza con Jesús, sí, en el Cielo, en la voluntad de obedecer al Padre, pero en la tierra comienza con la Virgen: con Ella. ¿Qué le dijo al Ángel? “Que se haga lo que tú dices”, es decir que se haga la voluntad de Dios. Y con aquel “sí” al Señor, el Señor ha comenzado su recorrido entre nosotros.

TANTAS OPCIONES SOBRE LA BANDEJA
“No es fácil”. El Papa repitió varias veces esta expresión refiriéndose al hecho de realizar la voluntad de Dios. No ha sido fácil para Jesús que  – recordó – sobre esto fue tentado en el desierto y también en el Huerto de los Olivos, con el corazón atormentado, aceptó el suplicio que le esperaba. No fue fácil para algunos discípulos, que lo dejaron porque no entendieron lo que quería decir “hacer la voluntad del Padre”. No lo es para nosotros, desde el momento que – notó Francisco  – “cada día nos presentan tantas opciones sobre una bandeja”. De ahí que se haya preguntado: ¿Cómo hago para hacer la voluntad de Dios?”. Pidiendo “la gracia” de querer hacerla:
“¿Yo rezo para que el Señor me de las ganas de hacer su voluntad, o busco compromisos porque tengo miedo de la voluntad de Dios? Y otra cosa: rezar para conocer la voluntad de Dios sobre mi vida, sobre la decisión que debo tomar ahora… tantas cosas. Sobre el modo de administrar las cosas… La oración para hacer la voluntad de Dios, y la oración para conocer la voluntad de Dios. Y cuando conozco la voluntad de Dios, también la oración, por tercera vez: para hacerla. Para cumplir aquella voluntad, que no es la mía, es la de Él. Y no es fácil”.

“QUERER” LA VOLUNTAD DE DIOS
El Papa Francisco resumió estos conceptos afirmando que “hay que rezar para tener ganas de seguir la voluntad de Dios, rezar para conocer la voluntad de Dios y rezar  – una vez conocida esta voluntad – para ir adelante con la voluntad de Dios”:
“Que el Señor nos dé la gracia, a todos nosotros, que un día pueda decir de nosotros lo que dijo a aquel grupo, aquella muchedumbre que lo seguía, aquellos que estaban sentados en torno a Él, como hemos escuchado en el Evangelio: He aquí mi madre y mis hermanos. El que hace la voluntad de Dios, éste para mí es hermano, hermana y madre. Hacer la voluntad de Dios nos hace ser parte de la familia de Jesús, nos hace madre, padre, hermana, hermano”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).


NOVENAS A NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA DE LA POPA, PATRONA DE CARTAGENA DE INDIAS Y DE LA REGIÓN CARIBE

 DÍA PRIMERO 

ORACIÓN PREPARATORIA

Querida Virgen de la Candelaria: nos reunimos junto a ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, Madre nuestra. Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas. Que nos parezcamos a ti cada día más, para agradar al Señor como tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria. Amén.

ORACIÓN DEL DÍA

Ahora pedimos a nuestra VIRGEN DE LA CANDELARIA la gracia de esta 1ª noche de la novena.
Te rogamos por nuestros hermanos enfermos y necesitados,
 te pedimos por todas las madres gestantes y para que la vida sea respetada.

DIÁLOGO.

- Oh, Virgen de la Candelaria, más que todas las criaturas bienaventurada: te rogamos que hoy tu alma esté con nosotros para tributar nuestra adoración a Dios.
TODOS: “Dios te salve, María”.
- Exalta, tierra entera, a nuestra amadísima Señora.
TODOS: “Dios te salve, María”.
Apiádate, Señora, porque de cuantos en ti confían,
Tú eres el puerto de salvación.
TODOS: “Dios te salve, María”.
- Líbranos, Señora, de todos los peligros, sobre todo de los temporales de viento y granizo y de la condenación eterna.
TODOS: “Dios te salve, María”.
- Oh, María, nuestra esperanza nuestro amparo y nuestro auxilio, muéstranos el camino a Jesús.
TODOS: “Dios te salve, María”.

DÍA PRIMERO.

VIRGEN INMACULADA DE LA CANDELARIA: Tú que siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, aunque debamos humillarnos para reconocer nuestros pecados en la confesión. Amén.

ORACIÓN FINAL.

Te damos gracias, Madre y Señora nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CANDELARIA.
Ruega por nosotros. (3 veces)
 DÍA SEGUNDO.


Virgen Inmaculada de Candelaria, que estando llena de santidad te has presentado lo mismo al templo para cumplir con la Ley de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, lleguemos a querer nuestro templo y considerarlo cada día más como lugar de nuestro acercamiento a Dios. Amén.

DÍA TERCERO.

Virgen Inmaculada de Candelaria: tú que no dudaste de poner a tu hijo Jesús en las manos de Simeón, sabiendo como rogaba en el templo por la gracia de ver al Redentor: haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así tú puedas entregarlo a Dios. Así sea.

DÍA CUARTO.

Virgen Inmaculada de la Candelaria: Tu que al presentar a tu hijo Jesús en el templo oíste el anuncio de tus dolores y lo aceptaste como la voluntad de Dios, haz, que no seamos nosotros aquella espada y nuestra maldad la causa de tus dolores. Así sea.

DÍA QUINTO.

Virgen Inmaculada de Candelaria: Tú que ni al presentarte en el templo ni nunca después pregonaste tu condición de Madre de Dios para demostrar la importancia y valor de la humildad, haz que deje de importarnos el sempiterno figurar y a ejemplo tuyo crezca en nosotros el aprecio de la humildad. Así sea.

DÍA SEXTO.

Oh Virgen Santísima de la Candelaria: te suplicamos que nos alcances de tu hijo amado Nuestro Señor Jesucristo la gracia de imitar tus virtudes, cumplir los mandamientos y tener horror al pecado mortal. Así un día gozaremos eternamente contigo en el cielo. Así sea.

DÍA SÉPTIMO.

Santísima Virgen de la Candelaria: conscientes de nuestras debilidades acudimos a ti, para que nos alcances la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de poder llevar una vida digna de nuestra vocación cristiana, imitar tus virtudes y conseguir así el premio de la vida eterna. Así sea.

DÍA OCTAVO.

Virgen Inmaculada de la Candelaria: por tu pureza virginal, tu inmaculada concepción y tu prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado hijo, la humildad, la serenidad, la pureza del corazón, de cuerpo y de espíritu, la santa perseverancia en el bien, el don de la oración, una santa vida y gloriosa eternidad. Así sea.

DÍA NOVENO.

Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, conscientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno.

Así sea

domingo, 25 de enero de 2015

LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS ES INSTRUMENTO DE RECONCILIACIÓN PARA EL MUNDO, DIJO EL PAPA

Interior Basica de san Pablo Extramuros - OSS_ROM
25/01/2015 15:07
(RV).- Impulsar el encuentro, el diálogo y la escucha, como nos enseña Jesús, que es paciente y nos ofrece un camino de conversión interior, que nos hace crecer en la caridad y en la verdad. Y nos impulsa a rogar el don de la comunión plena de todos los cristianos, sedientos de paz y fraternidad, para que brille ‘el sagrado misterio de la unidad de la Iglesia’ como signo e instrumento de reconciliación para el mundo entero. Fue la exhortación del Obispo de Roma, que presidió las segundas Vísperas de  la Solemnidad de la Conversión de San Pablo Apóstol, como es tradicional en la basílica papal dedicada al Apóstol de las gentes, culminando así la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2015.
Reflexionando sobre el tema de este año, con las palabras de Jesús a la samaritana: ‘Dame de beber’, del Evangelio de San Juan, el Papa Francisco se refirió a las controversias entre los cristianos, heredadas del pasado, e hizo hincapié en la importancia de comprender lo que nos une. Es decir, «la llamada a participar en el misterio del amor del Padre, revelado por el Hijo a través del Espíritu Santo». «Nos necesitamos unos a otros, necesitamos encontrarnos y confrontarnos guiados por el Espíritu Santo, que armoniza la diversidad y supera los conflictos».
Jesús es la fuente de Agua viva que apaga la sed de amor, de justicia y libertad. Y ante una multitud de hombres y mujeres cansados y sedientos, los cristianos estamos llamados a ser evangelizadores: «todos estamos al servicio del único y mismo Evangelio», señaló el Santo Padre, reiterando que Jesús es la fuente de la que brota el agua del Espíritu Santo, es decir, «el amor de Dios derramado en nuestros corazones» (Rm 5,5) el día del Bautismo.
«Queridos hermanos y hermanas, hoy nosotros, que estamos sedientos de paz y fraternidad, invocamos con corazón confiado que el Padre celestial, por medio de Jesucristo, único Sacerdote, y la intercesión de la Virgen María, el apóstol Pablo y todos los santos, nos dé el don de la plena comunión de todos los cristianos, para que pueda brillar «el sagrado misterio de la unidad de la Iglesia» (Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegratio,  sobre el ecumenismo, 2), como signo e instrumento de reconciliación para el mundo entero».
El Papa se refirió finalmente al ecumenismo de la sangre. En este momento quisiera recordar a todos nuestros mártires perseguidos y asesinados porque son cristianos, dijo.
Con estas palabras concluyó su homilía, en la que dirigió un saludo cordial y fraterno a los respectivos representantes del Patriarcado Ecuménico, del Arzobispo de Canterbury, y a todos los representantes de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales. A los miembros de la Comisión Mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, a los estudiantes del Ecumenical Institute of Bossey y a los jóvenes que se benefician de las becas ofrecidas por el Comité de Colaboración Cultural con las Iglesias ortodoxas, que actúa en el Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Sin olvidar a los religiosos y religiosas pertenecientes a diferentes Iglesias y Comunidades eclesiales, que han participado estos días en un encuentro ecuménico, organizado por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en colaboración con el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con ocasión del Año de la vida consagrada.

(CdM – RV)