¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

viernes, 21 de febrero de 2014

Jesús no dice ¡conóceme!' sino ‘¡sígueme!’, el Papa el jueves en Santa Marta

(RV).- (Audio y video) RealAudioMP3 A Jesús se le conoce siguiéndolo, antes que estudiándolo. Lo afirmó el Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada esta mañana en la Casa de Santa Marta. Cada día, explicó, Cristo nos pregunta "quién" sea Él para nosotros. Es posible dar la respuesta viviendo como sus discípulos.

Es una vida de discípulo, más que una vida de estudioso, la que permite a un cristiano conocer verdaderamente quién sea Jesús para él. Un camino sobre las huellas del Maestro, donde pueden cruzarse testimonios transparentes y también traiciones, caídas y nuevos impulsos, pero no solamente una aproximación de tipo intelectual. Para explicarlo, el Papa tomó como modelo a Pedro, que el Evangelio del día retrata contemporáneamente en los paños de “valiente” testimonio – aquel que a la pregunta de Jesús a los Apóstoles: “¿Quién dice la gente que soy yo?”, afirma: “Tú eres el Cristo” – y de inmediato en los paños del adversario, cuando considera que tiene que reprender a Jesús que acaba de anunciar que tiene que sufrir y morir, para después resucitar. “Tantas veces”, observó el Santo Padre, “Jesús se dirige a nosotros y nos pregunta: ‘¿Quién soy yo para ti?’”, obteniendo “la misma respuesta de Pedro, aquella que hemos aprendido en el catecismo”, pero no es suficiente:

“Parece que para responder a esa pregunta que todos nosotros sentimos en el corazón – ‘¿Quién es Jesús para nosotros?’ – no es suficiente aquello que hemos aprendido, estudiado en el catecismo, que es importante estudiarlo y conocerlo, pero no es suficiente. Para conocer a Jesús es necesario recorrer el camino que ha recorrido Pedro: después de esa humillación, Pedro fue adelante con Jesús, vio los milagros que Jesús hacía, vio su poder, luego pagó los impuestos, como le había dicho Jesús, ha pescado un pez, ha sacado la moneda, vio tantos milagros así. Pero, a un cierto punto, Pedro negó a Jesús, traicionó a Jesús, y aprendió aquella ciencia tan difícil – más que ciencia, sabiduría – de las lágrimas, del llanto”.

Pedro, prosiguió Francisco, pidió perdón a Jesús y no obstante ello, luego de la Resurrección, es interrogado por Él en la playa de Tiberíades, y probablemente – manifestó el Papa – en el reafirmar el amor total por su Maestro llora y se avergüenza recordando las tres veces que lo negó:

“Esta primera pregunta a Pedro ‘¿Quién es Jesús para ti?’ se entiende solo a lo largo de un camino, después de un largo camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús no dijo a Pedro y a sus Apóstoles '¡Conóceme!' dijo ‘¡Sígueme!’. Y este seguir a Jesús nos hace conocer a Jesús. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, también con nuestros pecados, seguir siempre a Jesús. No es un estudio de cosas lo que es necesario, sino una vida de discípulo”.

Es necesario, insistió Francisco, “un encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y nuestras debilidades”. Pero, agregó, es también “un camino que nosotros no podemos realizar solos”. Es necesaria la intervención del Espíritu Santo:

“Conocer a Jesús es un don del Padre, es Él que nos hace conocer a Jesús; es una obra del Espíritu Santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros, siempre. Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús de darnos este sentido de Cristo. Miremos a Jesús, a Pedro, a los apóstoles y sintamos en nuestro corazón esta pregunta: ‘¿Para ti quien soy yo?’. Y como discípulos pidamos al Padre que nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, nos explique este misterio”. (RC-RV)

jueves, 20 de febrero de 2014

ORACIÓN DE ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO


Señor mío Jesucristo,
que por el amor que tienes a los hombres
estas de noche y de día en este Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando , llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte, yo creo que estas presente
en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te adoro desde el abismo de mi nada
y Te doy gracias por todos los regalos que me has dado,
especialmente por haberme dado en este Sacramento
Tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad,
por haberme dado como Abogada a Tu Santísima Madre,
la Virgen Maria, por haberme llamado a visitarte es este momento.

Adoro a Tu Amantísimo Corazón
y deseo adorarlo por tres motivos.
primero, en agradecimiento de esta tan preciosa dádiva,
segundo, para desagraviarte de todas las injurias que recibes de Tus enemigos en este Sacramento y
tercero porque deseo en esta visita
adorarte en todos los lugares de la tierra,
aún en la red, donde estás ahora ante mi oculto y mas abandonado.

Jesús mío, Te amo con todo mi corazón,
perdona todas las veces que Te he ofendido en el pasado
a Tu infinita bondad.

Propongo ayudada de Tu gracia,
enmendarme en el futuro,
y ahora miserable como soy,
me consagro toda a Vos,
te doy y entrego toda mi voluntad,
mis afectos, mis deseos y todo cuanto me pertenece.

De hoy en adelante, haz Señor de mí y de mis cosas
todos lo que Te agrada.

Lo que yo quiero y Te pido es tu amor,
la perfecta obediencia a Tu Santísima voluntad
y la perseverancia final.

Te pido por las almas del Purgatorio,
especialmente las más devotas
del Santísimo Sacramento y de Tu Madre.

En fin mi amado,
uno todos mis afectos y deseos con los de Tu Amorosimo Corazón
 y así unidos los ofrezco a Tu Eterno Padre
y te pido en Tu Nombre que por Tu amor los acepte
y mire benignamente.

Bendice Amado mío a todos los que lean
 este acto de Adoración.

Amén.

CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA ORADA Y CANTADA

(se utiliza un rosario común de cinco decenas)

1.    Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).

CREDO DE LOS APÓSTOLES:
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen Maria.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero."

3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez veces) decir:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."

4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."

5. Oración final (opcional):    

“Oh Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús
como una fuente de misericordia para nosotros,  en Ti confío.”
 
(Rezarla preferentemente a las 3:00 pm. “La hora de La Misericordia”)

 CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA CANTADA




 La Coronilla la dictó Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13-14 de Septiembre del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados del mundo.

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi voluntad(...) Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado.
Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia, en la hora de la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez,
recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario 731,687).

“ Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).

EL ÁNGELUS


El Ángel del Señor anunció a María.
Y ella concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María... Santa María...

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu Palabra.
Dios te salve, María... Santa María...

Y el Verbo se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María... Santa María...
 
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y
Gracias de Nuestro Señor de Cristo.

OREMOS:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, 
hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos,
por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DIARIA POR LOS SACERDOTES





TRES CLAVES PARA RECONOCER LA TENTACIÓN: Francisco en Santa Marta: EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA



2014-02-18
Acompañado por su consejo de ocho cardenales, el Papa Francisco centró su homilía en Casa Santa Marta en la tentación. 

EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"La tentación, ¿de dónde viene? ¿Cómo actúa dentro de nosotros?
El apóstol nos dice que no viene de Dios, sino de nuestras pasiones, de nuestras debilidades interiores, de las heridas que ha dejado en nosotros
el pecado original: las tentaciones vienen de allí, de estas pasiones.
Es curioso, la tentación tiene tres características: CRECE, CONTAGIA Y SE JUSTIFICA.
CRECE: comienza como si nada, y crece… El mismo Jesús decía esto, cuando habló de la parábola del grano y de la cizaña: el grano crecía, pero también la cizaña sembrada por el enemigo. Y la tentación crece: crece, crece… Y si uno no la detiene, ocupa todo”.

"Y así, cuando estamos tentados, no escuchamos la Palabra de Dios:
no escuchamos. No entendemos. Y Jesús ha debido recordar la multiplicación de los panes para hacerlos salir de aquel ambiente, porque la tentación nos encierra, nos quita toda capacidad de previsión, nos cierra todo horizonte, y así nos lleva al pecado. Cuando estamos tentados, solo la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús nos salva. Escuchar aquella Palabra que nos abre el horizonte… Él siempre está dispuesto a enseñarnos cómo salir de la tentación. Y Jesús es grande porque no solo nos hace salir de la tentación, sino que nos da más confianza”.

"Pidamos al Señor que siempre, como hizo con los discípulos, con su paciencia, cuando somos tentados nos diga: ‘Detente, estate tranquilo. Acuérdate que hice contigo en aquel momento, en aquel tiempo: acuérdate. Alza los ojos, mira el horizonte, no cerrar, no te cierres, va adelante’. Y esta Palabra nos salvará de caer en el pecado en el momento de la tentación”.